Desde muy corta edad aprendí a disfrutar de los clásicos del cine al lado de mi papá. Veíamos a Charlie Chaplin y Alfred Hitchcock (poco apropiado para mi edad, será por eso que...). Sobra decir que no existía Discovery Kids.
No recuerdo con exactitud muchos de los episodios de la serie "Alfred Hitchcock presents", pero sí recuerdo que cuando terminaba algún episodio uno quedaba con cara de "¿so...?". Sobre todo yo, que gracias a mis 9 años con dificultad entendía la trama.
Hace algunos dias me pasó algo extraño y a la hora de decidir el título para la entrada se me vino a la mente este director de cine. La anécdota es corta, insulsa y bizarra; nada comparable a las magistrales obras de Hitchcock.
Estaba en el hospital (donde hago mis prácticas en psicología) preciso un día en que toda la planta de empleados se había ido a una integración y sólo estaban laborando los remplazos que al parecer estaban poco familiarizados con el funcionamiento del centro de salud. Llegada la hora de terminar consulta, me dirigí hacia una sala llamada "observación" donde desde hace algunos meses (je ne sais pas pourquoi) se encuentra un escritorio donde guardo formularios, planillas, tests y demás instrumentos.
Cuando llegué a dicha sala la puerta estaba cerrada, toqué en dos ocasiones por si había alguien allí pero nadie contestó. Así que me tomé el atrevimiento de abrir la puerta con mucho cuidado para ver en primer plano los pies de un paciente que se encontraba en decubito supino. "Debe estar dormido", pensé, así que con mucha más cautela, cuidandome de ser irrespetuosa entré, cerré la puerta y seguí caminando en puntillas para dirigirme hacia el escritorio, que se encontraba en el fondo.
Estaba ya pasando por el lado del paciente, cuando de repente tuve una sensacion extraña en todo mi cuerpo, un frío proveniente quizás del inconsciente colectivo o de no-se-donde. Lo cierto es que en ese momento se me clavó una sospecha en el corazón: "este paciente está muerto". Me resistí a mirarlo y seguí hacia el escritorio y cuando traté de abrir la gabeta la desgraciada se había atascado (típico en estos casos), sin embargo traté y traté hasta conseguir abrirla.
Ahora sólo quedaba volver a pasar por el lado del paciente y salir de aquel sitio. La sensación fue extraña, no la llamaría miedo, aunque tampoco podría darle un nombre ya que núnca antes había sentido algo así. Inicié mi camino de regreso hasta la puerta, salí otra vez con cuidado y cerré. Afuera habia algunas personas sentadas que al verme salir de allí me miraron con cara de asombro y esperando tal vez que dijera algo (pensarían que estaba haciendo terapia post-mortem). Pero simplemente me dirigí a la puerta del hospital despues de haber vivido una de las tantas experiencias raras de mi vida.
Recuerdos del 11-S
Publicado por
Unknown
on viernes, 11 de septiembre de 2009
Eran aproximadamente las 8:55 am, yo todavia estaba en la cama (en esa época estudiaba hasta altas horas de la noche), cuando escuché que mi papá habia encendido la tele a un volumen considerable. Desde mi habitación alcanzancé a oir algo sobre un accidente en Nueva York. Me levanté de una y me fui para la sala a ver qué era lo que había sucedido.
Me quedé muda cuando vi humeante una de las Torres Gemelas, según se decía era un accidente en el cual un avión chocó contra ésta edificación. La imagen fue demasiado aterradora para mi, ya que hacía algunos meses había soñado que un avión chocaba contra el edificio El Diario del Otún (Pereira), era como evocar esa pesadilla en la cual pude ver cientos de personas sin vida, y el centro de la ciudad semidestruído.
Desde ese momento no me despegué ni un minuto de la tele. No habían pasado 10 minutos de estar allí cuando de repente aparece otro avión que ante la mirada impotente de millones de personas se incrusta en la Torre Sur. No pude contener las lágrimas.
El presidente George Bush se pronuncia diciendo que se sospecha de un ataque terrorista. Los expertos dicen que las torres fueron construidas con la capacidad de resistir cualquier cosa, por lo tanto se evacuaría a las personas y luego podrían repararse.
A las 9:37 am un avión se estrella contra el pentágono. A las 10.03 am otro avión cae en un campo abierto en Shanksville Pensilvania, luego se supo que éste avión iba directo a estrellarse contra la Casa Blanca, pero los pasajeros intentaron impedir que el control siguiera en manos de los terroristas y por esta causa el avión nunca llegó a su destino.
A las 9.59 am otra imagen más espeluznante aún, se derrumba la Torre Sur. Fue supremamente triste ver esa mole de concreto cayendo sobre miles de seres humanos. Mostraban en la tele cómo muchas personas que se encontraban atrapadas en la Torre Norte, decidian tirarse por las ventanas, fruto tal vez de la angustia, del desespero. A las 10:28 am cae la Torre Norte.
Ese fue uno de los días más extraños que he vivido. No sé por qué me afectó tanto. En la noche no pude conciliar el sueño pensando en las miles de personas que murieron, reflexionando acerca de la inconsciencia humana.
Ésta es una de las experiencias que me ha llevado a comprometerme con el servicio a la humanidad, sé que posiblemente núnca realice grandes proezas, pero por lo menos quiero vivir de una manera que mi vida pueda ser un pequeño aporte a todas las personas que se me crucen en el camino. Y si muero hoy mismo, que mi vida haya cumplido su propósito en la tierra.
La cosa no funciona a base de imperativos
Cuentan que Federico Guillermo, que reinó en Prusia a comienzos del siglo XVIII fue famoso por su mal humor, y la forma grosera con que trataba a sus súbditos.
En una ocasión, un infeliz no se percató a tiempo de la presencia del rey que avanzaba golpeando el piso con su bastón. Corrió a ocultarse en un portón. Federico Guillermo apresuró el paso y lo interpeló: ¡Eh, tú!, ¿a dónde vas? El hombre, temeroso, apenas acertó a balbucir: A esta casa, Majestad. ¿Es tu casa? No, Majestad. Entonces, ¿por qué entras en ella? El hombre temió que el rey pudiera confundirlo con un ladrón: Para evitar encontrarme con usted, Majestad. ¿Y por qué me evitas? Porque le tengo miedo, su Majestad.
El rey montó en cólera. Se puso rojo de furia, y lo agarró por los hombros, lo sacudió violentamente y le gritó: “¡¿Cómo te atreves a tener miedo de mí?! ¡Yo soy tu soberano y se supone que tienes que amarme! !ámame desgraciado! ¡Te ordeno que me ames!”.
Patético, ¿no?
Cuándo entenderemos que la cosa no funciona a base de imperativos...
Tomado de: De Mello, Anthony. UN MINUTO PARA EL ABSURDO. Ed. Sal Terrae. España. 1993
En una ocasión, un infeliz no se percató a tiempo de la presencia del rey que avanzaba golpeando el piso con su bastón. Corrió a ocultarse en un portón. Federico Guillermo apresuró el paso y lo interpeló: ¡Eh, tú!, ¿a dónde vas? El hombre, temeroso, apenas acertó a balbucir: A esta casa, Majestad. ¿Es tu casa? No, Majestad. Entonces, ¿por qué entras en ella? El hombre temió que el rey pudiera confundirlo con un ladrón: Para evitar encontrarme con usted, Majestad. ¿Y por qué me evitas? Porque le tengo miedo, su Majestad.
El rey montó en cólera. Se puso rojo de furia, y lo agarró por los hombros, lo sacudió violentamente y le gritó: “¡¿Cómo te atreves a tener miedo de mí?! ¡Yo soy tu soberano y se supone que tienes que amarme! !ámame desgraciado! ¡Te ordeno que me ames!”.
Patético, ¿no?
Cuándo entenderemos que la cosa no funciona a base de imperativos...
Tomado de: De Mello, Anthony. UN MINUTO PARA EL ABSURDO. Ed. Sal Terrae. España. 1993
¿Liberación femenina?
La situación de la mujer no ha mejorado en los últimos dos siglos, bueno, por lo menos no de fondo, aunque aparentemente parezca que estamos muy "liberadas". Hemos sido bastante ingenuas al pretender emanciparnos queriendo imitarlos a ellos, debieramos darnos nuestro lugar pero desempeñando nuestro rol. Y no es que no esté de acuerdo con que la mujer estudie y pueda desempeñar labores que antaño sólo correspondían a los hombres, eso está muy bien. El problema radica en que, acompañado de esto debieramos haber propuesto -o más bien exigido- que los hombres tambien debieran desempeñar labores que se supone sólo desempeñamos nosotras (salvo raras excepciones). Entonces lo que resultó de la famosa liberación femenina fue que los desgraciados hombres terminaron ganando. ¿Por qué?
Nota: Este post lo escribí el año pasado, en una época en la que por cosas del destino estuve viviendo en mi apartamento con tres hombres. Esta experiencia me demostró que el machismo aún sigue vivo.
Porque la liberación femenina es un sofisma de distracción. Antes la mujer se dedicaba 1- al hogar y 2- a criar los hijos, en cambio, ahora se dedica a 1-trabajar, 2-al hogar y 3-a criar a los hijos, no pues qué maravilla!!!. Estamos peor que antes, por lo menos, antaño las mujeres mandaban haciéndole creer a los hombres que eran ellos los que mandaban, pero ¿quiénes eran las que llevaban las riendas del hogar?. En cambio ahora nos toca, además de todo lo que siempre nos ha tocado, trabajar y colaborar con los gastos del hogar.
Nota: Este post lo escribí el año pasado, en una época en la que por cosas del destino estuve viviendo en mi apartamento con tres hombres. Esta experiencia me demostró que el machismo aún sigue vivo.
Quiero una finca
Si algún dia llego a tener algo de dinero, me gustaría invertirlo en la tierra. ¿Por qué?
- Porque amo la tierra, los animales, el agua, las flores, los árboles, el prado, el aire puro, el silencio. La naturaleza es indispensable para mi equilibrio psíquico.
- Porque quiero que mis hijos (si los tengo) crezcan en medio de la sencillez del campo. Tuve la oportunidad de pasar largos periodos de mi infancia en la finquita de mi familia y creo que eso fue fundamental para mi desarrollo.
- Porque me atrevería a asegurar que en este país dentro de unos años se va a dar el proceso inverso que se produjo durante los años 50 y 60, donde dejamos el Agro por la Industria, creyendo que cogeríamos el cielo con las manos. Las personas migrarán de la ciudad al campo, hartos de la contaminación, de la bulla, del sinsentido del consumismo.
Cuando era una escuincla
Mi mamá se tomó la molestia de guardar todos mis trabajos realizados en el Jardín infantil durante los años 1984, 1985 y 1986.
Estos los encontré por casualidad cuando buscaba papel reciclable.
Los métodos pedagógicos de la época eran bastante curiosos.
Una vez me pusieron esparadrapo en la boca porque hablaba mucho.
Otra vez me obligaron a estar un tiempo considerable con los brazos levantados, terminé muy adolorida :(
Sin embargo la experiencia del Jardín también me dejó gratos recuerdos... :)
Estos los encontré por casualidad cuando buscaba papel reciclable.
Los métodos pedagógicos de la época eran bastante curiosos.
Una vez me pusieron esparadrapo en la boca porque hablaba mucho.
Otra vez me obligaron a estar un tiempo considerable con los brazos levantados, terminé muy adolorida :(
Sin embargo la experiencia del Jardín también me dejó gratos recuerdos... :)