Violeta

"Mi nombre es Violeta y soy obsesiva. Pero no soy una obsesiva cualquiera. No pertenezco a la Escuela de las esquivan las rayas del pavimento, tampoco de las que cuentan las sílabas de las palabras, tampoco de las que se lavan las manos o revisan las puertas mil veces -esas son compulsivas-. No, soy una obsesiva que piensa, piensa y piensa sin parar. Por ejemplo:

Un día me puse a pensar ¿por qué la relación isomórfica entre filogenia y ontogenia?, ¿por qué el átomo parece una réplica a pequeña escala del sistema solar?. ¿Todo lo existente se compone de infinitas matrioskas?.

Cuando el pensamiento se convierte en una cosa insoportable para mi, trato de irme lejos, donde pueda estar rodeada de la naturaleza. Es así como logro apaciguar mi mente.

Soy flaca y fea per se, pero con un poco de empeño puedo mejorar mi apariencia. Me gusta comer talco en pequeñas cantidades. Me gusta el olor del marcador, el esmalte y el corrector. Me gusta cuando llueve hacia abajo, porque puedo dejar la ventana abierta y no se entra el agua.

¿Cómo me di cuenta de que era obsesiva?. Un día estaba recostada en decúbito supino -pensando como cosa rara-, cuando vi por la ventana una nube que cambiaba de forma, unas veces era una cosa y otras otra. En ese momento pensé: "¿será que lo que yo observo, la forma que estoy viendo (en la nube), tambien la puede ver otra persona, u otro observador ve una forma diferente?". Fue ahi cuando empecé a sospechar que todas las personas vemos las cosas desde distintos ángulos, que la experiencia existencial es única para cada individuo, y que por lo tanto, posiblemente las demás personas no invierten tanto tiempo en pensar de la manera como lo hago yo.

Y desde aquel día empecé a descubrir que mi nombre es Violeta y soy obsesiva. Pero no soy una obsesiva cualquiera".

Mi abue

Mi abue es muy particular. Cada vez que empieza a contar una historia lo hace con el siguiente enunciado: "El otro día...." (yo supongo que está hablando de algo que sucedió hace 15 dias o a lo sumo uno o dos meses), ella continúa con la historia y yo cada vez entiendo menos, hasta que llega el momento en que tengo que decir: "abue, ¿eso cuándo fue?" y ahí es cuando ella me contesta: "hace treinta y cinco años", y yo: "hmmmm". Si, es curiosa mi abue, para ella es lo mismo ayer o hace cuarenta años.

Mi abue dice "gas profano". No dice zapatos, dice "quimbas". No dice señora, dice "misiá". No dice brujo, dice "mafioso". Mi abue dice que ella ve televisión por mirar dibujos y personas hablando, pero que no entiende ná de ná (pero vaya pregúntele de una novela y se sabe toda la trama). A mi abue no le gustan las galletas, sólo le gustan las ducales. Mi abue tiene 72 años y tiene más fuerza que yo, no tiene canas y es bonita. Mi abue se casó con el abuelo porque además de que se gustaban, los dos eran godos (del partido conservador).

Mi abue es la ma de mi mamá, porque la ma de mi papá se murió el otro día... hace más de cuarenta años.

...y el Verbo se hizo carne

Hace mucho tiempo me ha rondado una idea en la mente, pero no he sabido de qué manera expresarla en palabras. Llevo varios días tratando de darle forma y sin embargo considero que puede resultar un poco enmarañada. Precisamente de eso se trata este post: qué dificil es convertir el pensamiento en palabras y más aún, en hechos, y mucho más aún, convertir los hechos en Vida (no solo pensar, decir, hacer; sino, Ser).

Existe una clara división en el pensamiento humano, al parecer la mayoría de nosotros percibimos la realidad de una forma fragmentada. Algunos ejemplos de esa fragmentación se encuentran en la ciencia:
  • Dogma - Práctica
  • Racionalismo - Empirismo
  • Funcionalismo - Estructuralismo
  • Modernismo - Postmodernismo
  • Objetivismo - Relativismo
  • Newton - Einstein
  • Física clásica - Física cuántica
  • Lógica lineal - Lógica compleja
  • Ciencias exactas - Ciencias humanas
  • Mente - Cuerpo (y ahora sí que estamos en una época en la que la mente y cuerpo se encuentran en conflicto, aún cuando en realidad esta división no existe)
Divisiones por todo lado. Ser partidario de un enfoque, modelo, paradigma o teoría, significa hacerse enemigo del otro; y tener una visión ecléctica puede ser peligroso si no se tiene un buen equilibrio, pero, ¿quién de nosotros ha alcanzado el equilibrio perfecto?.

Unas veces nos vamos para un extremo y otras veces para el otro. Antes (Ilustración) sólo se catalogaba como válido el conocimiento demostrable no sólo desde el punto de vista racional sino tambien en la práxis, dejando de lado fenómenos que exceden cualquier explicación lógica y carecen de una demostración tangible. Ahora (Posmodernismo) se cataloga como válida cualquier cosa.

La religión tambien se ha movido en extremos y hablando específicamente del protestantismo podemos ver a grandes rasgos dos cosas. Primero, los que iniciaron decían que el ser humano está en este mundo sólo para trabajar y desarrollarse a nivel intelectual. Nada de modas, nada de placeres, porque en el cielo se recibiría la recompensa a todas las privaciones hechas en la vida terrenal (bueno, según Weber, ésto tuvo una incidencia fundamental en el desarrollo económico de las potencias mundiales. Ver La ética protestante y el espíritu del capitalismo). Luego, por allá en los años del peace and love, el protestantismo no se podía quedar atrás, entonces surgieron los grupos carismáticos donde se daba principal importancia al disfrute del Reino en la tierra (podemos evocar aquí los coros gospel de las películas americanas), con la creencia de que Dios nos provee TODO lo que necesitemos sin hacer ningún esfuerzo más allá de pedirlo simplemente. Bueno, siempre habrá excepciones, pero en general la religión se ha movido en extremos.

Pero, ¿a dónde quiero llegar con toda esta carreta?

Pues a caer en la cuenta de que a los seres humanos, sobre todo a los occidentales, nos han educado para vivir en un extremo o en otro (o por lo menos eso me sucede a mi). A veces mucho dogma, pero poca práctica; otras veces mucha acción en son de nada (poco pensamiento, poca razón). A veces muy centrados en nuestra mente, pensamiento, razon y otras veces muy centrados en nuestro cuerpo, apariencia.

Cuando pienso en todo esto me imagino a un ser humano casi esquizofrénico, dividido hasta la médula (desde lo más amplio: la ciencia, hasta lo más concreto: la vida de cada individuo). Y recuerdo a un ser humano que ha podido encarnar el equilibrio perfecto: Jesucristo.

  • Juan dijo: "El verbo se hizo carne", y pienso para mí: el concepto se volvió práctica y con base a una antigua teoría (AT), se reveló a los hombres de forma sencilla (NT). Ese conocimiento no se quedó en el papel sino que pudo llevarse a cabo.
  • Pablo afirmó de Cristo Jesús: "Él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación". Efesios 2.11. Y también: Él (el Padre) nos dio a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo de reunir todas las cosas en Cristo, en el cumplimiento de los tiempos establecidos, así las que estan en los cielos como las que están en la tierra. Efesios 1.9 y 10.
Y así como cuenta la leyenda, que un día existieron dos árboles disponibles para el consumo, uno del bien y del mal (divisor por excelencia) y el otro de la vida (unificador); hoy es posible salir de la escisión, comiendo El Pan de Vida (Juan 6.54).

Cristo, principio integrador por excelencia.