Que no me muera


Que no me muera sin haber disfrutado
el olor del pasto cortado, de la tierra húmeda.


Que no me muera sin haber aprendido
a valorar cada parte de mi cuerpo.


Que no me muera sin haber apreciado
el agua corriente, la luz eléctrica.


Que no me muera sin haber comprendido
el valor de cada ser humano.


Que no me muera sin haber entendido
que “maluco también es bueno”.


Que no me muera sin haber saboreado
el delicioso aroma de un viejo libro.


Que no me muera sin haberme percatado
de la suavidad de mis sábanas.


Que no me muera sin haberme extasiado
con la belleza de la creación.


Que no me muera sin haber penetrado
en lo más profundo de mi ser.


Que no me muera sin haber danzado
al ritmo de la naturaleza.


Que no me muera sin haber entrado
en el territorio del amor


Que no me muera sin haber contemplado
el espectáculo de la vida.


Que no me muera, Señor,
hasta que cada fibra de mi ser se encuentre unida a ti.




Sin palabras...